Los tomates asados con orégano y ajo son un plato clásico de la cocina mediterránea que destaca por su simplicidad y su sabor profundo. Este plato es perfecto como acompañamiento o incluso como una tapa para compartir en reuniones informales. Al asar los tomates, se intensifica su dulzura natural, mientras que el ajo y el orégano aportan una fragancia irresistible. Además, la textura suave de los tomates contrasta maravillosamente con el crujiente del asado.
Esta receta es versátil, fácil de preparar y no requiere ingredientes complejos. Se puede disfrutar tanto fría como caliente, lo que la convierte en una excelente opción para cualquier temporada. Sigue leyendo para descubrir el paso a paso y algunos consejos para que tus tomates asados sean los mejores.
Para preparar estos tomates asados, necesitarás los siguientes ingredientes básicos:
Antes de comenzar con la preparación de los ingredientes, es importante precalentar el horno a 200 grados Celsius (aproximadamente 392 grados Fahrenheit). Esto asegurará que los tomates se cocinen de manera uniforme y obtengan ese bonito color dorado característico de los alimentos asados.
Lava bien los tomates bajo el chorro de agua fría y sécalos con cuidado. Si has elegido tomates más grandes, córtalos por la mitad o en cuartos, dependiendo de su tamaño. Si prefieres utilizar tomates cherry, puedes dejarlos enteros o cortarlos por la mitad, según tu gusto personal.
El ajo es un ingrediente esencial en esta receta, ya que su sabor suave y ligeramente picante complementa a la perfección la dulzura de los tomates asados. Pela los dientes de ajo y córtalos en rodajas finas. Si lo prefieres, también puedes picar el ajo más pequeño, según tu preferencia de sabor. En cuanto al orégano, puedes utilizarlo fresco o seco. Si usas orégano fresco, es recomendable picarlo ligeramente para que libere más sabor durante el asado.
Coloca los tomates en una bandeja de horno previamente cubierta con papel vegetal o ligeramente engrasada con aceite de oliva para evitar que se peguen. Dispón los tomates de manera que queden ligeramente separados entre sí, lo que permitirá que el calor circule uniformemente y cada uno de ellos se ase correctamente.
Distribuye las rodajas de ajo sobre los tomates y espolvorea el orégano de manera uniforme. Si decides utilizar orégano seco, una cucharadita será suficiente para cubrir toda la bandeja. Rocía generosamente los tomates con aceite de oliva, asegurándote de que cada pieza quede bien impregnada, ya que esto contribuirá a un dorado perfecto. Finalmente, sazona con sal y pimienta al gusto.
Introduce la bandeja con los tomates en el horno precalentado y deja que se asen durante unos 25-30 minutos. La clave es observar cómo los tomates se empiezan a dorar por los bordes y su piel comienza a arrugarse ligeramente, lo que indica que ya están bien asados.
Es recomendable darles la vuelta a los tomates a mitad de la cocción para que ambos lados se cocinen de manera uniforme. Si has elegido tomates más pequeños, es posible que estén listos en menos tiempo, así que vigílalos de cerca para evitar que se quemen.
Una vez que los tomates estén asados a tu gusto, retíralos del horno y deja que reposen durante unos minutos. Esto permitirá que los sabores se asienten y los tomates alcancen la temperatura ideal para comer.
Para darle un toque final, puedes decorar el plato con algunas hierbas frescas como albahaca o perejil. Además, una última rociada de aceite de oliva extra virgen antes de servir añadirá un brillo atractivo al plato.
Este plato de tomates asados es muy versátil. A continuación, algunas sugerencias para disfrutarlo:
Los tomates asados con orégano y ajo son una receta sencilla pero repleta de sabor, perfecta para cualquier ocasión. Con ingredientes básicos y un método de cocción que realza sus cualidades naturales, este plato es un favorito indiscutible de la cocina mediterránea. Atrévete a experimentar con esta receta y adapta los sabores a tu gusto personal.
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